23 de agosto de 2011

Setenta flores y ningún balcón

No hablo de mariposas en el estómago

             hablo de jinetes galopando en lo oscuro.

No hablo de flores por nuestro santo

             hablo de tierra en los bolsillos.

No hablo de velas encendidas en francés

             hablo de la corrupción de la vid en las bocas.

No hablo de castillos y dragones al óleo

             hablo de panes meciéndose en el horno.
 
No hablo del amor en las nubes

             hablo del coraje exacto de la carne.

No hablo de "hasta que la muerte nos separe"

             hablo, amor... de la vida que nos une.

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