No hablo de mariposas en el estómago
hablo de jinetes galopando en lo oscuro.
No hablo de flores por nuestro santo
hablo de tierra en los bolsillos.
No hablo de velas encendidas en francés
hablo de la corrupción de la vid en las bocas.
No hablo de castillos y dragones al óleo
hablo de panes meciéndose en el horno.
No hablo del amor en las nubes
hablo del coraje exacto de la carne.
No hablo de "hasta que la muerte nos separe"
hablo, amor... de la vida que nos une.