Ya esta (y su rostro
-¡cuántas noches supo resplandecer!-
tan sin gestos
se convierte en palomas
que vuelan, como cruces.
Pero parece un sueño
-¡Tan imposiblemente real es!-
tal vez sea el humo
tal vez sea el tiempo.
Y el corazón
pende de un latido
¡su sístole, mi diástole!
Las manos se doblan
como un papel escrito
¡tan viejo y tan de nous, ma cherie!
Enmudar
así, como enmudecer
y mudarse.
La mano que escribe
el codo que borra
todo) se termino.
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